TP1 Entrevista1

Mónica Magenta
Licenciada en Enfermería, en el Hospital Santojanni

Edad: 58 años
Experiencia: 38 años de enfermera

Inicio de la entrevista.
  Nos encontramos para la entrevista en uno de sus trabajos, por el centro. Cuando le comenté cuáles eran las consignas del TP, y de que trataba, le llamó la atención, pero se ofreció rápidamente a darme una mano en lo que necesitara.
  Empecé con preguntas básicas como, ¿por qué era enfermera?, si disfrutaba su trabajo, si tenía o no pudor con las tareas que realizaba, (haciendo hincapié en los desechos humanos), entre otras preguntas. Ella me respondió que venía de varias generaciones de enfermeras en su familia, que desde chica soñaba con el puesto que tiene, y por eso lo disfruta mucho. Cuando hablamos de pudor, me miró de una maneras muy extraña, como señalando que ningún enfermero debía tener pudor, y que si así pasaba, habría que dudar de ese enfermero. (me pareció bastante crudo el comentario, pero lo que entendí que hizo hacerme notar, es que en el ámbito de la medicina, deben ser fríos). Además, me dijo que ella se encuentra en la parte de terapia intensiva, por lo que realmente desde su perspectiva, ve cosas muchísimo más desagradables que la caca y el pis de un paciente.

Datos más específicas del TP en la entrevista.
  Una vez que la charla se fue haciendo más amena, fui adentrando más en el tema. Me hizo saber por ejemplo, que por reglamento, debería haber una chata por persona, pero que eso no pasa. Que ella se toma muy en serio la limpieza y el cuidado de las chatas y orinales, los cuales me enseñó que se lavan con agua y lavandina, y que existe un lugar llamado Chatero, que es una especie de baño con un inodoro cuadrado y grande, que posee una cañería de desechos diferente a la de los baños convencionales, y ahí es donde se tiran los desechos humanos.
  Me mostró las chatas metálicas, donde me explicó, a diferencia de lo que yo creía, que se utilizan para pacientes con sobrepeso, por ser más resistentes. Al mismo tiempo dijo que sería mejor tener solamente de acero inoxidable, no solo por ser más resistentes, sino también son más limpias, más fáciles de limpiar y más duraderas.
  Llegando al final de la charla, le consulté si creía que existía alguna diferencia entre pacientes, en cuanto a la facilidad del enfermero para hacerlos ir al baño, y limpiarlos. Su respuesta fue que ella separa a los pacientes en 3 clasificaciones. 
 *Personas empotradas, que no tienen movilidad, y se encuentran en un estado delicado, adultos a punto de morir, personas con accidente de tráficos, entre otros, que no sienten verguenza ni nada ya que su estado es delicado, y hacer sus necesidades pasa a un plano mucho menor.  Estas personas representan una facilidad a la hora de la limpieza.
 *Personas con algún tipo de movilidad, que no tienen vergüenza.
 *Y personas con algún tipo de movilidad, que sí tienen vergüenza. Estas últimas, generan un grado de dificultad, ya que, según ella, el enfermero tiene que lograr que el paciente se sienta cómodo, por lo cual muchas veces tienen que generar distintas estrategias para lograr que puedan hacer sus necesidades en los chateros.
(A diferencia de lo que yo creía, me dijo que no cree que haya diferencias entre hombres y mujeres, y que según su experiencia, los urinales femeninos son malos, ya que muchas veces se escapa la orina).

Al terminar la entrevista, le agradecí por el tiempo prestado, y se ofreció a darnos una mano, ya sea yendo al hospital, o con preguntas o dudas que nos queramos sacar.

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